Jugueteria musical

Juguetería musical, como su nombre lo anticipa, es una obra terriblemente lúdica que oscila entre el ensayo, la poesía y el cuento. Ruvalcaba nos entrega una visión personal de la música y sus protagonistas, observados hasta los más íntimo. Por las páginas de este libro transitan las presencias desacralizadas de Schuman, Beethoven, Schubert, Mozart, Brahms, pero también las figuras del músico callejero, los tartamudos, el afinador de pianos, los pedales, las teclas y los programas de mano: un inventario literario del mundo musical concebido con la ironía y el humor "eusebianos".

La cambiada de hoja
Es lo que más hace sufrir a los músicos. Se concentran, avanzan, retroceden, hasta que llega la inminente vuelta de la página, de aquella hoja colmada de
notas. Muchos lo consideran el trago más difícil en la vida de un músico. Un solo de clarinete es más fácil en comparación. Para evitar el chasco, los músicos se las ingenian. hay quienes añaden un trocito de papel del cual asirse al momento de la verdad, también hay los que gustan de memorizar los
puentes entre una página y otra -hubo alguna vez cierto músico que mandaba reducir el tamaño de las páginas de tal modo que cupieran ocho en una sola,
pero aun así sobrevenía la tragedia."

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El jaguar y el oso hormiguero

Un libro de Bernard Arcand: El jaguar y el oso hormiguero: según los indios sherente del Brasil, la condición humana nos impone la siguiente elección: o bien vivir como el oso hormiguero, animal solitario, apacible e inmortal, o bien imitar al jaguar, alegre y sociable, gran comilón y gozador, pero mortal.
Mientras el sherente elige ritualmente el modelo del jaguar, la pornografía, que vive en nuestras sociedades una prosperidad sin precedentes, adopta más bien el del oso hormiguero y propone un modo de vida autárquico que niega el envejecimiento.
Desde la perspectiva antropológica, Bernard Arcand aborda el vasto continente de la pornografía con la esperanza de hallar el grado cero del fenómeno que permita comprender por qué existe en este momento preciso de la historia y cuáles son sus consecuencias profundas.
Para ello, el autor recurre a una documentación impresionante y apunta tanto a describir correctamente el fenómeno mismo como a discutir las distintas interpretaciones que se han propuesto. Su obra constituye una especie de suma que ofrece al lector un conocimiento amplio y matizado de este hecho a la vez familiar y desconocido que es la pornografía.
Supreocupación central apunta a mostrar como se nos parece la pornografía, es decir hasta qué punto en realidad no es más que el espejo de lo que ha llegado a ser nuestra modernidad. Pero también muestra que la pornografía actual alude a algunas cuestiones elementales y muy antiguas como el papel social del pudor, el lugar de la masturbación como práctica sexual y el mito de la eterna juventud. La obra es, en resumen, ambiciosa, pero su objetivo simple: llevarnos a reflexionar de un modo nuevo sobre la pornografía.

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Justo navarro, La casa del padre

El autor

Justo Navarro España (Granada,1953 )
Novelista, poeta y traductor granadino nacido en 1953. Licenciado en 1975 por la Universidad de Granada en Filología Románica. Es colaborador ocasional en medios periodísticos y traductor de oficio de numerosos autores (Paul Auster, Scott Fitzgerald, T. S. Eliot, Virginia Woolf).
Colaboró en el guión de la ópera basada en Don Quijote de la Mancha que La Fura dels Baus estrenó en 2000 en el Liceo de Barcelona
Navarro ganó en 1986  el Premio de la Crítica de poesía castellana por Un aviador prevé su muerte. En 1990 también ganó con Accidentes íntimos el Premio Herralde de Novela,concedido por la Editorial Anagrama  a una novelainédita en lengua castellana. Desde 2003 ,es miembro de la Academia de Buenas Letras de Granada..

Su obra literaria, delicadísima, rehuyendo siempre las *grandes historias*ahonda con sutileza en la interioridad de sus personajes,infinitas desdoblaciones, sutiles pliegues del propio autor sobre sí mismo.

La obra:

El proceso de elaboración del último libro del escritor andaluz Justo Navarro, La casa del padre (Anagrama), ha llevado a su autor a considerarlo como el más intenso de todos los que ha escrito. «Nunca pensé que la escritura del libro me llevaría a mantener una relación tan intensa y de intimidad con el castellano».

Uno de los motivos a los que alude el escritor para argumentar esta situación es la coincidencia en espacio y tiempo con su estancia en la capital italiana. «Fue en Roma donde empecé el libro. Tal vez, la desconexión con el idioma me hizo sentir la escritura de forma distinta».

El libro de Justo Navarro retorna a la posguerra española. El personaje principal es un joven de la División Azul, que vuelve a su casa herido, después de que en los hospitales le hayan dictaminado seis meses de vida. «Empieza a vivir los días que le quedan -apunta Navarro- con la pretensión de amoldarse a la sociedad de aquella época».

La personalidad del protagonista de la novela tiene, según el autor del libro, todas las características del género negro. «Es un personaje extrañado. Cuenta las sensaciones de la realidad como si fueran un peligro.
Trata la memoria como si fuera una fabulación, de la cual se va deshaciendo poco a poco».

Justo Navarro deja claro desde el principio del libro que cualquier parecido con los hechos es pura coincidencia. «Es que muchos nombres, calles y casas
han existido o existen. Pero de todos ellos, sólo me interesan sus gestos, sus guiños. Por ello los utilizo como otros personajes de ficción».

Para este escritor, la posguerra española significó un enmascaramiento de la sociedad. «Cuando en cualquier campo del fútbol, todo el mundo puesto en pie
cantaba el himno falangista, muchos se sentían avergonzados porque no estaban actuando con sinceridad».

Pero Justo Navarro asegura que no ha pretendido escribir un libro sobre la posguerra española, «mi única intención ha sido investigar sobre mi propio presente». Para el autor, no se pueden entender ciertos hábitos del presente sin antes estudiar los años cuarenta.

Para recrear aquella década, Navarro tuvo que reinventar «un tiempo que yo no conocí. Pero cada vez que intentaba imaginarme los años cuarenta, se me aparecían los cincuenta y pensé que el tiempo está mucho más relacionado de lo que parece».

Por ello, Justo Navarro reivindica la historia. «Los políticos viven del olvido. Si tuviéramos que recordar todo lo que hicieron o dijeron, pocos sesalvarían. De esta misma forma, no podemos olvidar la Guerra Civil porque sería negar nuestro presente». Y continúa, «esto no quiere decir que existan políticos que sean fascistas.

Digo que la Historia no se puede borrar de golpe, y que nuestro pasado forma parte de nuestro presente».

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