El enigma del don

  Esta obra evalúa el papel y la importancia del don en el funcionamiento de las sociedades y en la constitución de las relaciones sociales. El terreno, claro está, no es virgen: lo rastreó ya, entre otros, Marcel Mauss, que llegó a la conclusión de que el hecho de que se devuelvan las cosas donadas se debe a que en éstas existe un espíritu que las impulsa a volver a las manos de su donador original. La perspectiva general adoptada por Godelier, en cambio, renueva profundamente nuestra comprensión del don y analiza las cosas que se donan o las que se venden a partir de las cosas que ni se donan ni se venden, las cosas que se conservan y que se deben conservar, sobre todo los objetos sagrados. Reanalizando las prácticas del potlach y del kula, en las que se había basado Mauss, demuestra que los enigmas a los que se enfrentó este último desaparecen cuando se comprende que es perfectamente posible donar un objeto y a la vez conservarlo. Lo que se dona es el derecho de usarlo en otros dones; lo que se conserva es la propiedad, la inalienabilidad. Pero aún hay que explicar por qué se aplica esta regla a los objetos preciosos que se donan y no a los objetos sagrados que se conservan. La cosa se aclara cuando aparece aquello que está oculto en el objeto: lo imaginario asociado al poder. Resulta, entonces, que toda sociedad contiene en sí misma dos tipos de realidades: algunas de ellas, sujetas al intercambio, a los dones y al mercado, constituyen los puntos de referencia necesarios para que las otras circulen. Y precisamente esta redefición de los anclajes fundamentales del hecho social constituye la tarea principal del pensamiento político actual.


Saludos

Lo encuentran en:

http://goo.gl/BVIQ o en http://tinyurl.com/39aqaml

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Roland Barthes por Roland Barthes

Fragmento de texto : La Doxa

(...)

Medusa, o la Araña, es la castración. Ella me deja estupefacto. La estupefacción es producida por una escena que oigo pero que no veo: mi audición queda frustrada en su visión: estoy detrás de la puerta.
La Doxa habla, yo la oigo pero no estoy dentro de su espacio. Hombre de la paradoja, como todo escritor, estoy detrás de la puerta: quisiera pasar, me gustaría mucho ver lo que se dice, participar yo también en la escena comunitaria; estoy continuamente oyendo aquello de lo que se me excluye; estoy en estado de estupefacción, marcado, cercenado de la popularidad del lenguaje.
La Doxa es opresiva, eso ya se sabe. ¿Pero puede ser represiva? Leamos estas terribles palabras de un panfleto revolucionario (la Boltche de Fer, 1790):..... hay que poner por encima de los tres poderes un poder censorio de vigilancia y de opinión que pertenezca a todos y que todos podrán ejercer sin representación. (...)

esta el doc en :http://goo.gl/hVCC

esta el pdf en:http://goo.gl/BOxB

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